ERA PRE CRISTINA
Antes del
1800, la Enfermería no se conceptualizaba como profesión.
No había
una persona en específico que se dedicara al cuidado, era un roll que
cualquiera podía ejercer, el objetivo era asistir al enfermo que lo necesitara.
No
contaban con un lugar en específico que se estableciera para el cuidado de las
personas comenzó este era el propio entorno.
El papel
que la mujer recibió en esta época era muy importante porque con ella comenzó
todo, con los cuidados que la madre produjo a su hijo enfermo o desvalido,
creando métodos tanto para atender emergencias como para evitarlas, los cuales
fueron transmitidos de generación en generación y mejorados a través
de la observación de la naturaleza que le rodeaba.
El hombre resolvía sus problemas de salud de una manera muy parecida a
los animales: si se hacía una herida, se limpiaban la herida lavándosela o
exponiéndola a las corrientes de agua y cuando estaba muy enfermos su única
opción era esconderse hasta morir
No tienen un conocimiento como tal sobre la vida y la muerte , se
consideró la enfermedad y la muerte como alma de agentes sobrenaturales de ahí
se convirtió el hechicero en el médico sacerdote para luego pasar al
médico-sacerdote-exorcista; la práctica de la medicina o atención al enfermo en
esa época tiene un valor simbólico y ritual elaborado.
Sus avances en cuestión salud eran los
medios de diagnósticos fueron la magia; la adivinación y los métodos de
tratamientos fueron los fomentos golpes, vapores o humos, piedras calientes y
ritos mágicos religiosos al son de golpes secos en sus instrumentos de sonido.
Todo lo que se conoce de la cultura de este
pueblo es a través de tablillas, siendo muy difícil reconstruir los hechos y,
como consecuencia, el conocimiento que tenían del concepto de salud-enfermedad.
Los mesopotámicos creían que la humanidad vivía en un estado de salud y
felicidad, en un paraíso donde existían ocho frutos diferentes. Entre estas
frutas había una prohibida llamada cassia, que no se podía comer. La
transgresión de esta ley, de tipo cívico-moral, era castigada con la
enfermedad. La enfermedad, por tanto, tenía un carácter punitivo como en los
pueblos primitivos. Describieron la enfermedad con el nombre de shertu, al
igual que al castigo y la mancha. En la sociedad babilónica, el enfermo era la
persona que, además de sufrir la enfermedad, padecía el aislamiento social al
ser un individuo en pecado. Si después de ser tratado sanaba se incorporaba de
nuevo a la comunidad, pero si no sanaba, sólo le quedaba la resignación. Las
enfermedades eran muy frecuentes y las descripciones de ellas numerosas, aunque
lo que describieron son en realidad los síntomas. Además de estas descripciones
en las tablillas se explicaban los tratamientos a emplear en cada caso para que
sirvieran de recordatorio a los sanadores.
Los principales síntomas descritos
se agrupan en torno a las tres cavidades más importantes del cuerpo: cabeza,
tronco y abdomen. CABEZA: fragilidad, picor y mal olor del cuero cabelludo
(sarna). Dolores de cabeza y oídos. Inflamación, lagrimeo y sequedad de los ojos.
Hemorragias nasales. Dolores dentales. TORAX: Tos, esputo, opresión y dolor del
tórax, diseña (tuberculosis). ABDOMEN: fuego en el estómago (pirosis). Cuadros
de diarreas. Dolores cólicos. Ictericia. Hemorroides y prolapso rectal.
Hematuria y piuria. La lucha contra la enfermedad era responsabilidad de los
sacerdotes o escribas, hombres cultos que vivían en los templos y eran
mantenidos por el pueblo. Recibían el conocimiento a través de la palabra y se
servían de las tablillas como consulta o recordatorio. Considerados como clase
inferior a los sacerdotes y escribas, existieron los cirujanos, que actuaban
como sanadores realizando técnicas quirúrgicas simples. La historia de
Babilonia hace escasa mención de los cuidados como ocupación independiente, sin
embargo, los escritos a menudo citan
prácticas que se podrían asociar con éstos.
Probablemente, el cuidador
babilónico era un sirviente doméstico o un esclavo, cualquiera que fuese su
sexo. No obstante, existen relatos de más de cría, parteras o cuidadoras de
niños que tenían un gran apego a su trabajo. EL CÓDIGO DE HAMMURABI Se trata de
la primera reglamentación jurídica (aproximadamente del 1783 a. de C. ),
inscrita sobre un gran pilón de piedra negra y situada en uno de los templos de
Babilonia (actualmente en el Museo del Louvre de París). este Código fue
elaborado por Hammurabi, sexto rey de Babilonia, que fue considerado como el
más grandes de los reyes y gobernantes. Durante su reinado recopiló leyes y
costumbres antiguas, ordenándolas de forma sistemática. En este documento, que
pretendió ser humanitario, se evidencia la justicia y la consideración hacia
las clases más pobres y desvalidas. El Código regulaba aspectos para
circunstancias diversas, como robos, contratos comerciales, préstamos, rentas, etc.,.
Así mismo, controlaba la práctica médica y quirúrgica.)
JUDEA ANTIGUA
Las personas dedicadas a la tarea de cuidar acabaron por ser adiestradas
para la docilidad, la pasividad, la humildad y un desprecio total de sí mismas.
Se promulgó una obediencia incontestable a las decisiones de otros estamentos
de rango superior, generalmente el sacerdote o el médico
La mujer como cuidadora tenía la capacidad y cabe resaltar la
responsabilidad de tomar decisiones en relación con la atención de los enfermos
CHINA
GRECIA
ROMA
ERA CRISTIANA
Durante
los primeros siglos del cristianismo, los más necesitados eran amparados en
nombre de la caridad cristiana, fundamento de las enseñanzas de Jesús
Cualquier
persona se podía dedicar al cuidado ya que de esta manera expresaban su amor a
Dios amando a su prójimo, cristianismo a la comunidad se caracterizó por una
profunda solidaridad entre sus fieles, quienes se ayudaban mutuamente en la
enfermedad, en la pobreza y en las persecuciones. Las
actividades de cuidado eran compartidas por hombres y mujeres. Los ricos y
poderosos que se convirtieron al cristianismo se dedicaron a ayudar y proteger
a pobres y enfermos. Eran personas preparadas cultural e intelectualmente, y se
destacan entre ellos los miembros del clero, quienes recibían educación y
llegaron en ocasiones a convertirse en eruditos.
A
medida que las comunidades cristianas crecen, surge la necesidad de organizar
los servicios de caridad, a cargo de los diáconos y diaconisas, quienes se
encargaban de visitar a los pobres, para distribuir limosnas y cuidar de los
enfermos. Los diáconos visitaban las prisiones para intentar la liberación de
los presos y socorrían a las familias cuando estos morían.
Aquí
el papel de la mujer es de suma importancia: generalmente las diaconisas eran
mujeres maduras, viudas o vírgenes con experiencia en el cuidado de otros. Se
distinguían por sus atuendos blancos, símbolo de virginidad. Eran personas
respetadas y consagradas y estaban situadas a nivel del clero
Diaconisa viene del griego diakonos,
que significa servicio. Febe
es reconocida como la primera diaconisa y está citada en el Nuevo Testamento
(Rom: 16:1-2).
Febe
fue considerada la primera enfermera visitadora; atendía a los enfermos en sus
hogares y su principal actividad consistía en participar en los bautismos por
inmersión, ungiendo el aceite y apoyando las labores del diácono. Visitaba y
cuidaba a pobres, desvalidos y enfermos, proporcionando cuidados físicos y
espirituales. Desde entonces, la enfermería representa misericordia y caridad.
Las nobles matronas romanas (siglos IV-V
d. C.) alcanzaron gran prestigio tras su conversión al cristianismo. Marcela,
la más famosa de ellas, convirtió su palacio en un monasterio, que luego se
transformó en un convento. Se le conoce como la madre de las monjas, y su
misión se centraba en el cuidado de los más pobres y desvalidos. Igualmente, se
dedicó al estudio de las escrituras.
Paula construyó numerosos hospitales en el
camino de Belén y concibió la enfermería como un arte, diferenciándola del
servicio a los pobres y resaltando la caridad como la base fundamental del
cuidado.
El creciente auge y posterior desarrollo
de la vida en los monasterios, hizo que las diaconisas fueran desapareciendo.
Sin embargo, hay un resurgimiento de ellas en otros periodos relacionados con
los movimientos religiosos, como es el caso de la Iglesia luterana y otras
iglesias protestantes.
Los historiadores resaltan la actitud de los cristianos de Alejandría durante la epidemia del año 250 d. C, que cuidaban a los enfermos sin temor al contagio, mientras los paganos huían y abandonaban a familiares y amigos. Se refleja en esta anécdota el concepto cristiano de ayuda.
La incorporación de la mujer a las prácticas de curación estuvo relacionada con la posición social de la mujer romana y la doctrina cristiana de amor y ayuda al prójimo. El cristianismo amplió el campo de trabajo de la mujer en las tareas asistenciales y de enseñanza cristiana, y permitió el acceso de mujeres a asumir con liderazgo las tareas caritativas.
Bibliografía
http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1657-59972001000100012